La amplia formación y conocimientos adquiridos por el asistente a la dirección en los últimos años (idiomas, conocimientos económicos, derecho, contabilidad, ...) le han permitido que se le delegue una serie de funciones de mayor importancia y responsabilidad, adquiriendo, por tanto, un mayor protagonismo y reconocimiento en la empresa.
Un asistente a la dirección deberá saber y utilizar técnicas para la optimización del tiempo, la motivación y coordinación de equipos, desarrollar herramientas para solventar situaciones de conflicto, planificar las tareas de la dirección, la organización de eventos corporativos, ...
El auge y la continua evolución que está teniendo la organización de eventos de empresa ha hecho que el asistente de dirección tenga que conocer al detalle todas las fases para llevar a cabo su consecución a través de un control de cada una de ellas: planificación, producción, ejecución y seguimiento. En estas fases debe haber una gran coordinación y comunicación con los distintos proveedores de servicios para su correcta ejecución.
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